Compartimos el coloquio celebrado el pasado 19 de septiembre, y que cierra el ciclo de conferencias impartidas este año con la inestimable colaboración de la Fundación Ramón Areces. En esta ocasión nos acompañaron Fernando Savater y Andrés Trapiello para conversar sobre «La evolución de las ideas».
Las ideas de algunos son como un repertorio fijo de imágenes, algo así como un álbum de fotos que no varían, aunque con el tiempo se arrugan un poco y amarillean hasta hacerse más o menos irreconocibles. Otros quisiéramos que nuestras ideas fuesen más bien como las figuras que se forman en un caleidoscopio cuando lo agitamos, que pueden combinar las mismas piezas de colores en mil figuras diferentes que sólo de tanto en cuanto aciertan a repetirse. Cuando vuelve a aparecer alguna de las que más nos gustaron antes el reencuentro nos propicia una grata sorpresa, una especie de íntimo saludo. A lo largo de mi vida, una vida ya indiscutiblemente larga, mi caleidoscopio intelectual ha tomado muchas configuraciones, pero no ha variado en lo esencial, los colores y formas que combina. Quizá visto desde fuera, dé la impresión de cambios radicales, pero a mi juicio mantiene un perfil muy similar: respeto la opinión del que vea dispersión e inconsistencia, pero a mí me parece más cerca de la monotonía. Claro que no todos los campos ideológicos son iguales: en política me veo arrastrado con más frecuencia a posiciones opuestas, mientras que, en mi experiencia vital más honda, las oscilaciones son mínimas. Quizá donde mejor he reflejado últimamente esta trayectoria es en el más reciente de mis libros, «Carne gobernada».
Fernando Savater