Presentación del Colegio Libre de Eméritos en 1986

Siempre he creído que el camino es la acción. Pero un camino necesita también, en todo momento, un pensamiento que lo ilumine. Por otra parte, la vida es demasiado valiosa, demasiado corta, demasiado difícil, para resignarse a vivirla de cualquier manera. La vida vale demasiado para rendirla ante cualquier decisión sobre nosotros mismos que no sea la propia, para dejar de emprender nuevas aventuras intelectuales, cuando la marea de los acontecimientos parece querer empujarnos hacia la orilla de la vida. También pienso que las aventuras intelectuales resultan mucho más apasionantes y gratificantes cuando se realizan dentro de un «equipo» o, al menos, apoyadas en un diálogo, en el que las iniciativas se discuten y complementan a lo largo de la marcha, en el que se exploran conjuntamente las dificultades antes de enfrentarse a los retos. Es ésta la única manera de poder elegir sin demasiado desasosiego entre las bifurcaciones que todos los senderos suelen ofrecernos.

La mañana del 21 de febrero de 1986 nos brindó la ocasión de embarcarnos en una nueva aventura intelectual, en un nuevo proyecto, que varios intelectuales españoles habían venido elaborando, desde la inquietud y la reflexión conjunta, para poder continuar su protagonismo cultural y científico más allá de los límites de una decisión administrativa, cuyos motivos y razones aparecían oscuros, cegados posiblemente por demasiadas claridades. 

Y así surgió el Colegio Libre de Eméritos, una aventura de indudable calado social, que aconsejaba la participación del mayor número posible de responsables y representantes de la sociedad civil. De nuevo la acción haciendo el camino. El 3 de julio de ese mismo año conseguimos reunirnos los Presidentes y Consejeros Delegados de las diferentes organizaciones que se animaron a colaborar en la creación del Colegio. En septiembre se ultimaron definitivamente los preparativos de su puesta en marcha y, poco después, el 7 de octubre, el Colegio se constituía como la Fundación Colegio Libre de Eméritos -«ayuntamiento de partes iguales, Eméritos y Empresas»- patrocinada por once importantes empresas españolas, cuyo reconocimiento público se plasmaría en una Orden del Ministerio de Cultura en febrero de 1988. La Corona, en la persona de SM el Rey, recibió en audiencia al Colegio el 7 de marzo del mismo año.

Desde entonces hasta hoy las antorchas han venido iluminando la aventura del Colegio, sin desfallecer en ningún momento, con el brillo del pensamiento nunca marchito de la flor y nata de nuestros mejores intelectuales de ayer, muchos de los cuales siguen con elegancia y soltura las nuevas aventuras de hoy, junto a las jóvenes generaciones que protagonizan otros proyectos y mantienen las eternas inquietudes de la ciencia y la cultura del mañana. Algunos se han quedado en el camino, aunque las huellas de sus pasos serán, siempre, marcas para futuros senderos.

Durante estos diez años de actividad incesante y entusiasmada, el Colegio ha venido haciendo permanentes «ajustes finos» de su rumbo y derroteros, incorporando nuevas sugerencias y presencias, comunicando con la sociedad, y construyendo hermosos puentes de entendimiento y comprensión entre el ayer y el mañana de nuestro acerbo social, cultural y científico, definiendo con eficacia su propio presente intelectual.

Alguien podrá decir que, en la vida de las grandes instituciones, un decenio es poca cosa. Y ciertamente, medido en años «de los de antes» un decenio es casi nada para la historia de una institución científica. Pero la escala del tiempo del hombre, en un mundo de inquietudes exponenciales, en el que los procesos de producción, de comunicación, y en general de civilización, sufren el vértigo de una «acelerada aceleración», es hoy una escala mucho más densa, donde un segundo puede representar un instante y, a la vez, una eternidad.

Una escala en la que, en todo caso, reina una gran confusión de ideas y de graves errores que la historia del Colegio ha contribuido, de algún modo, a poner de manifiesto. Y uno de estos errores se deriva, precisamente, de la vigencia de un modelo de progreso apoyado excesivamente en la capacidad de adaptación del ser humano a las contingencias tecnológicas de cada momento. Quedan así, con demasiada frecuencia, fuera del proceso edades y formas de comportamiento que son esenciales para su continuidad. Porque aceptando las servidumbres de este modelo, desprovisto de dimensión moral, el propio progreso terminaría destruyéndose a sí mismo.

Quiero aprovechar esta inmerecida y modesta oportunidad de abrir las páginas del libro en el que se refleja, con acierto y sencillez, su primera década, para recordar a todos que, junto al camino andado, el Colegio Libre de Eméritos tiene ahora ante sí otro importante reto al que hacer frente, otro sendero que iluminar, y en el cual la idea de progreso nos va a exigir imaginación suficiente para definir un nuevo modelo donde la experiencia y los recursos de todas las edades tengan cabida. Aunque en el fondo, no será sino la continuación del mismo reto y el mismo camino que originó su creación.

José Ángel Sánchez Asiaín

Presidente de Honor

(Prólogo del libro «DIEZ AÑOS DE CULTURA 1988-1998» que recogió la actividad del Colegio Libre de Eméritos en su primer decenio de existencia)


PRESIDENTES DEL COLEGIO LIBRE DE EMÉRITOS

Desde su creación, el Patronato del Colegio ha sido sucesivamente presidido por:

José Ángel Sánchez Asiaín (1986-2004)

Nació en Baracaldo (Vizcaya), el día 1 de marzo de 1929. Doctor en Economía (Dinero y Finanzas) por la Universidad Central, Madrid (1958). Catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal en 1962. Doctor Honoris Causa por las Universidades del País Vasco (1996), Miguel Hernández, de Elche (1999) y Valladolid (2001).

Durante los años 1962 y 1966 fue Secretario General Técnico del Ministerio de Industria.

En 1974 fue designado Presidente del Banco de Bilbao, desempeñando este cargo hasta el año 1988, en que pasó a presidir, hasta el año 1990, el Banco Bilbao Vizcaya, resultante de la fusión de los Bancos de Bilbao y de Vizcaya. El año 1990 fue nombrado Presidente de la Fundación BBV, cargo que ocupó hasta el año 2000, siendo actualmente Presidente de Honor de la misma.

Ha sido también Presidente del Patronato del Museo del Prado (1990-1993) y Consejero del Istituto per le Opere di Religione de la Santa Sede (1989-2006).

Actualmente es Presidente de la Fundación Cotec para la Innovación Tecnológica y de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción.

Es Académico de Número de las Reales Academias de la Historia y de Ciencias Morales y Políticas, Académico Honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de Barcelona y miembro del Senado de la Academia Europea de Ciencias y Artes, con sede en Salzburgo, y Presidente de la Delegación española en ella.

En 1986 fundó el Colegio Libre de Eméritos, junto con otras personalidades del mundo universitario y empresarial, desempeñando el cargo de Presidente del Patronato de esta Fundación hasta el año 2004, en que fue nombrado Presidente de Honor de la misma.

Rodolfo Martín Villa (2004-2007)

Nació en Santa María del Páramo (León) el 3 de octubre de 1934. Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid. Pertenece al Cuerpo Superior de Inspectores de Finanzas del Estado.

Ha sido Vicepresidente del Gobierno (1981-1982) y Ministro de Administración Territorial (1980-1981), del Interior (1976-1979) y de Relaciones Sindicales (1975-1976), Diputado por Madrid (1989-1997) y por León (1979-1983), Presidente de las Comisiones de Justicia e Interior (1996-1997) y Presupuestos (1989-1996) del Congreso de los Diputados, y Senador por designación real (1977-1979). Fue designado Comisionado del gobierno para la catástrofe del «Prestige», desempeñando esta misión entre enero y octubre de 2003.

Actualmente es Presidente de Sogecable y ha sido Presidente de ENDESA (1977-2002), Endesa Italia (2001-2003) y U.C.B. España -Union Chimique Belge- (1990-1997), así como Presidente de la Comisión de Control de Caja Madrid (1993-1997) y Vicepresidente del Grupo Enersis en Chile (1997-1999), de la Compañía de Aguas de Barcelona (1997-2003).

Es Presidente de la Fundación Endesa, y en representación suya, vocal del Patronato del Colegio Libre de Eméritos, del cual ha sido Presidente entre 2004 y 2007. Es también vocal de los Patronatos de la Fundación Pro Real Academia Española, de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), del Museo Arqueológico Nacional y de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Juan Torres Piñon (2007-2022)

Nacido en El Ferrol (La Coruña) el día 23 de abril de 1936. Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Escuela Superior de Ingenieros de Madrid. Profesor Extraordinario del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), Universidad de Navarra (1968-2005). Actualmente es Profesor Emérito de dicho Instituto.

Fue designado Presidente del Metro de Madrid en 1979 y Concejal y Delegado de Obras del Ayuntamiento de Madrid en 1978

En el sector privado ha sido Presidente de Mutual Cyclops (1982-1985) y de Construcciones Padrós (1983-1986) y Vicepresidente de Hispano Química (1981-1985), Ocisa (1986-1993) y Ocp Construcciones (actualmente ACS) (1993-1997). Desde 1998 es Presidente de Cartera Kairós.

Asimismo, ha sido vocal del Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (1998-2002). Desde 2002 es Miembro de Honor del Museo Guggenheim de Bilbao y Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En representación de Cartera Kairós, entidad fundadora protectora del Colegio Libre de Eméritos, es vocal del Patronato de esta Fundación desde el año 2002, habiendo sido elegido Presidente del mismo en 2007 hasta el año 2022.