Un hecho y dos convicciones

Es innegable la labor de mecenazgo que en nuestros días llevan a cabo empresas e instituciones, y que constituye una aportación fundamental en el incremento de la realidad cultural española.

Muchos de los acontecimientos culturales que han tenido lugar en nuestro país en los últimos tiempos, habrían sido imposibles sin la contribución de los hombres de negocios, empresas o grupos empresariales que han aportado el capital y el esfuerzo necesarios para hacerlos realidad.

El Colegio Libre de Eméritos ha sido, y es, una original aportación del mecenazgo empresarial. La idea de crear la institución que desde su nacimiento lleva el nombre de Colegio Libre de Eméritos, surgió en la mente de José Ángel Sánchez de Asiaín apoyada en un hecho -que la jubilación del profesorado universitario, fuere a los setenta o a los sesenta y cinco años, privaba a la Universidad y, por extensión, a la sociedad de la obra intelectual y docente que muchos jubilados podían realizar eficazmente- y en dos íntimas convicciones: que un creciente número de profesores acogerían complacidos la petición de dar realidad al entonces proyectado Colegio, y que un número suficiente de hombres de empresa asumirían gustosos el compromiso de atender a las necesidades económicas de tan loable iniciativa.

El Colegio, bajo el manto protector de diez empresas destacadas de la economía nacional, ha podido prolongar y enriquecer la comunicación de los maestros con la sociedad; y ha ofrecido tribunas múltiples y variadas en sus auditorios, para hacer llegar a esa sociedad lo que antes se había recibido de ella. La colaboración entre las empresas, en un ejercicio de mecenazgo eficaz y operativo, ha sido el elemento fundamental para la consecución de sus metas y, gracias al feliz cumplimiento de esa doble convicción, ha surgido en España un mecenazgo colectivo permanente, no ocasional, al servicio de una aventura intelectual también colectiva y continuada. Diez años después de su iniciación, la actividad del Colegio Libre de Eméritos y la cordial relación entre sus miembros y el grupo de quienes económicamente ayudan a que el Colegio exista, claramente lo demuestran.

Tras la andadura brillante de esta última década, el Colegio asentado y consolidado en la sociedad española, este grupo de empresarios e intelectuales mira optimista hacia el futuro. Nuevos mecenas están ya dispuestos a mantener, reforzar y ampliar su apoyo, la tarea así lo merece. Un mecenazgo que busca servir a la Sociedad.

Pedro Laín Entralgo

Miembro fundador desde 1986

(Texto del libro «DIEZ AÑOS DE CULTURA 1988-1998» que recogió la actividad del Colegio Libre de Eméritos en su primer decenio de existencia)