Ángeles Durán
La epidemia de la covid-19 ha demostrado que somos vulnerables y hemos de adaptarnos a nuestras servidumbres corporales, inventando un modo distinto de tratar con los cuerpos ajenos.
En sus estudios sobre la sociología del cuerpo, Le Breton expuso con gran éxito la idea de que la técnica y la ideología estaban construyendo la nueva corporalidad de la Modernidad. Más restringida la velocidad del cambio por condicionantes éticos que por barreras tecnológicas, el cuerpo humano escapaba de su condición natural y dejaba progresivamente de ser un cuerpo orgánico para convertirse en un cuerpo plástico, protésico, digital, cibernético y, finalmente, inmaterial.