Una política de perros y gusanos

Gabriel Tortella Casares

El autor considera una astracanada judicial la acusación por parte de una juez argentina de Martín Villa por los ‘sucesos de Vitoria’ de 1976. Y critica el ‘revisionismo histórico’ del que hace gala el Gobierno.

Cuando conocí a Rodolfo Martín Villa, allá por 1957, él y yo estábamos en lados opuestos de la trinchera política. Él era un estudiante falangista, jefe provincial del SEU de Madrid (el Sindicato Español Universitario fue fundado por José Antonio Primo de Rivera en tiempos de la República), al que todos los estudiantes universitarios pertenecíamos obligatoriamente.

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